Bøger af Ángel Francisco Sanchez Escobar

Mi intención en estas páginas es analizar otro de los bloques temáticos de The Urantia Papers (1955) o Los escritos de Urantia, el correspondiente a los escritos 99 a 103 de la Parte III. Siguiendo al autor de estos cinco escritos, estudiaré (1) Los problemas sociales a los que se enfrenta la auténtica religión, la que nace del espíritu; (2) su creciente vivencia humana, capaz de engrandecer a la persona; (3) su naturaleza real, que radica en esta misma vivencia de las realidades eternas estando aún en la carne; (4) los fundamentos de la fe religiosa, que surge de nuestros corazones al percatarnos de que los valores humanos pueden transformarse en eternos; y (5) la realidad de esa misma vivencia, que tiene su origen en nuestro espíritu interior. La esencia de la verdadera religión es irreductible, como veremos, en muchos sentidos, pero, principalmente, porque, al contrario que la religión institucionalizada, se independiza firmemente de la sociedad sin quedar al margen de ella para asesorarla y acompañarla, con valentía y paciencia, en su desarrollo moral. Este libro supone la decimotercera entrega de esta serie de estudios, denominada Colección Urantia.

Con esta novela, Abram y Melquisedec (Un tortuoso pacto entre el hombre y Dios), pongo fin a la trilogía "Planeta Apócrifo", enteramente basada en mi propia traducción de The Urantia Papers. Dicha trilogía tiene como punto de referencia las tres primeras revelaciones religiosas ocurridas en nuestro mundo, con la intención de hacerlo avanzar, aunque, por distintas razones, con éxito desigual. La primera novela, La rebelión de Lucifer: Crónicas de nuestro planeta (2017), llamada en un principio Dalamatia, la ciudad del príncipe caído, narra la llegada del príncipe planetario hace más de quinientos mil años y su infame alianza con Lucifer; la segunda, El primer Jardín de Edén: La tragedia de Adán y Eva (2017), relata la venida de estos hijos materiales hace casi cuarenta mil años, y la transgresión de su misión sagrada; y la tercera, la que el lector tiene en sus manos, aborda la encarnación de Maquiventa Melquisedec unos cuatro mil años y su pacto con Abraham, no falto de complicaciones. Abraham sale de Ur (sur de Mesopotamia) con su familia y, tras un largo y accidentado viaje, llega a Canaán. Pero este gran patriarca, fundador del judaísmo, dubitativo aunque sin duda valiente y un verdadero líder, alberga en su mente una obsesión que a veces lo atenaza.

Este estudio, el décimo sexto de la Colección Urantia, es especialmente complejo. El Ser Supremo es un misterio prácticamente insondable; esto se debe, entre otras muchas razones, al hecho de que es una Deidad finita en proceso de actualización en el tiempo, en el gran universo -esto es, los siete suprauniversos en evolución más el universo central y divino-, y de que depende de otras Deidades y de nosotros mismos para su total evolución. El Ser Supremo es nuestro "Dios del tiempo y el espacio", como indica el título, que no se debe confundir con el Dios del Paraíso, existencial y absoluto. Se podría decir que el Supremo sería una representación de él en la finitud. Además, el Ser Supremo es la unión de la persona-espíritu del Dios Supremo y de la potencia del Todopoderoso Supremo, hecha efectiva mediante la mente suprema. El Ser Supremo se convertirá, pues, al asentarse en luz y vida el gran universo, en la síntesis de la potencia y del ser personal. (Ángel F. Sánchez Escobar, doctor en Teología, Filología Inglesa y Literatura española)

En esta novela, la segunda parte de la trilogía "Planeta Apócrifo ", se narra la tenaz construcción del Jardín de Edén bajo la dirección de Van y Amadón, héroes de la rebelión de Lucifer, y la apasionante y trágica historia de Adán y Eva. Seremos, pues testigos de las dificultades halladas para encontrar el lugar ideal -en una península Mediterránea- y llevar a cabo las obras del Jardín, al igual que de los graves problemas a los que se enfrentó está pareja de hijos materiales y las equivocadas decisiones que ambos acabarían por tomar transgrediendo el sagrado pacto que habían jurado a los altísimos. Caligastia, el príncipe caído, tuvo mucha culpa en el discurrir de los acontecimientos. Sus protagonistas, Adán y Eva, Van y Amadón y Solonia, el ángel del Jardín, ayudante y consejero de los hijos materiales, se dirigen a nosotros en primera persona, trasmitiéndonos así, directamente, sus motivos, sentimientos y reacciones. El lector no debe acudir a estas páginas con la mítica idea de la transgresión bíblica de Eva, que tentada por la serpiente comió del fruto prohibido, sino con la mente abierta y la convicción de que van a descubrir la verdadera y profunda razón, no por ello menos lamentable y devastadora, que empujó a esta mujer de tonalidad violeta a quebrantar una solemne promesa, forzando a Adán a actuar de la misma manera. Aunque con algunos cambios forzados por la estructura narrativa, esta obra está enteramente basada en Los escritos de Urantia. (Ángel F. Sánchez Escobar, doctor en Literatura Española, Filología Inglesa y Teología)