Vi bøger
Levering: 1 - 2 hverdage

Bøger af Francisco Rojas Zorrilla

Filter
Filter
Sorter efterSorter Populære
  • af Francisco Rojas Zorrilla
    227,95 kr.

    Sale FILOMENA llorando y HIPÓLITO.HIPÓLITO. -Deja el llanto, Filomena, Que si es alivio, es rigor Que por templar un dolor Me causes a mi una pena. Los ojos tuyos serena, No los quiera tu piedad Aplaudir con vanidad De cielos en tus desvelos, Que para ver que son cielos Les sobra la tempestad. No bien destilado exhales Aljófar de más valor: Si el llanto es señal de amor, No derrames las señales; Comunícame tus males, Sea el dolor repartido, Al paso que fue sentido; Y si con fuego veloz Hiere tu pena a mi voz, Hiera tu voz a mi oído. Cuando a los ojos prefieres Tanto dolor reprimido, ¿Lloras porque me has querido O lloras porque me quieres? Que es condición de mujeres No ser constantes infiero, Yo, pues que a tus rayos muero, Una pregunto y mil veces, ¿Lloras porque me aborreces, O por qué? FILOMENA. - Porque te quiero; ¿Cómo, di, puedes dudar ¿Lo que en mi llegas a ver? ¿Quién llora de aborrecer, Y quién no llora de amar?

  • af Francisco Rojas Zorrilla
    227,95 kr.

    FÉNIX.Cierra esa puerta, Beatriz; no has de salir, vive el cielo. BEATRIZ.Ciérrola y quito la llave. CONDE.No con fingidos extremos me detengas. FÉNIX. ¡Vive amor, que es dios que manda en mi pecho, que no has de salir! CONDE. ¿Qué importa? Romperé por tus preceptos: (Va a abrir y halla cerrado.) ¿cerraste? Dame la llave. Acaba, Beatriz. BEATRIZ. Ni puedo, ni quiero. CONDE. Dime por qué. BEATRIZ.No preguntes a un no quiero. CONDE.Saldré por esas ventanas. BEATRIZ.Tienen rejas, habla quedo. CONDE.Pues déjame ir, que ya es hora. BEATRIZ.Mirad que no duerme el viejo; que ha más de una hora que escupe y dos que tose. CONDE. En efecto, ¿qué es lo que intentas de mí? FÉNIX.Si tú escucharas mi intento... CONDE.Dile, Fénix. FÉNIX. Ya te digo, más quisiera... CONDE. Dilo presto. FÉNIX.Que me oigas. CONDE. Agradecido te escucharé.

  • af Francisco Rojas Zorrilla
    227,95 kr.

    ROSA Haced alto en el llano desa falda que Manzanares pinta de esmeralda; ligad esos cristianos a esos troncos, cesen los parches de quejarse roncos al eco más vecino de los azotes del porfiado pino; aqueste es Manzanares, aquel río que de las sierras de Castilla frío baja a Madrid tan quedo, que se conoce que me tiene miedo; Branigal, un arroyo que recrea a Branigal su convecina aldea, se entra, renglón de plata, en Manzanares, y Manzanares en Jarama y Nares, y todos tres por uno y otro atajo, porque es nuestro, le dan tributo al Tajo. Aquella puerta que de aquí se advierte, cuya muralla fuerte a la media región del aire llega, es la que llaman Puerta de la Vega; esta playa, que besa el cristal frío, es una tela que tramó el estío con distintos colores, de un verde raso que es raso de flores; Manzanares humilde pone coto a esa tela florida y a ese soto; y yo desde Toledo desta suerte, para vengar de Aben-Jucef la muerte, mi ya perdido hermano, contándole su muerte al aire vano, vengo a vengarle con valor impío en los troncos, que son hijos del río, en las aves que pueblan todo el viento, en los peces que cría ese elemento, y en el que halláre caminante errado, desierto a mi piedad por el poblado. En esta isla (¡oh pese a mi tardanza!) rompió la de su pecho errada lanza, que no le hubiera muerto hasta que le buscara con acierto; como villanas, esas verdes plantas de su coral tiñeron las gargantas; aquel eco, que nunca la voz deja, repitió las razones de su queja; pues aves, prado, monte pasajero, han de asustarse al golpe de mi acero; vegas, flores y plantas, eco y río, la ira han de temer de mi albedrío; y pues que Rosa soy, la valerosa, teman de las espinas de la Rosa.

Gør som tusindvis af andre bogelskere

Tilmeld dig nyhedsbrevet og få gode tilbud og inspiration til din næste læsning.