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En este primer volumen de: Relatos que a la muerte divierten, inicia una saga épica llena de aventuras tan extraordinarias como fantásticas, cada relato nos hará reflexionar sobre nuestra visión del más allá.Lauro Arreola, se presenta con fuerza y contundencia, se convierte por derecho propio en un protagonista con los matices necesarios que la presente obra necesita. Su presencia va adquiriendo a lo largo de su historia, características que harán que el lector empatice con él, o condene sus actos.Beltz, el perro negro, será el guardián y protector inesperado de Tito, un niño de doce años, hijo de un padre alcohólico.Beltz, cuyo origen incierto solo era conocido por el abuelo de Tito nos dejará suficientes incógnitas para desear saber ¿Quién es Beltz?, y cual será su participación en los hechos futuros.Kurai, entrará en escena después de haber transcurridos más de cuarenta años de eventos al parecer, ajenos a él. Kurai un gamer profesional, cuya filosofía de vida le coloca como el mejor en su disciplina. Verá como su mundo de gloria y comodidades se colapsa por acontecimientos que lo superan en entendimiento. Solo su espíritu triunfador, y el apoyo incondicional de inesperados podrían ser su única esperanza en los sucesos por venir. Su vida y su alma están en juego.Completan esta colección de relatos: Don Práxedes y su hijo, La niña de Jáltipan y El túnel de los tíntales, narrados en un estilo cercano a los cuentos que escuchábamos siendo niños y que nos harán remontarnos a tiempos ya idos, donde las historias que se trasmitían por nuestros mayores, alcanzaban los ecos de una leyenda. Conservan los ingredientes necesarios para no defraudar a los más exigentes lectores del género del suspenso y el terror.
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