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Un huevo tiene la forma de una gallina de producir otro huevo. Este ensayo no tiene la intención de reducir todas las facetas del conocimiento humano a una metáfora de un elemento muy común. En cambio, el huevo se utiliza como foco debido a su aparente simplicidad, para elaborar desde allí hacia el tema más complicado de ofrecer una nueva síntesis para los conocimientos y habilidades humanos fragmentados.El crecimiento logarítmico de nuestro conocimiento ha estimulado a las personas a especializarse en un campo en particular, provocando así un mayor crecimiento del conocimiento y la compartimentación. El sistema actual anima a la gente a saber todo sobre una cosa y casi nada sobre el resto. La mentalidad de la llamada torre de marfil entre los científicos es una manifestación de esta actitud o, en un nivel más mundano, la negativa de un camarógrafo en un set de filmación a reemplazar las baterías vacías de su cámara porque ese trabajo debe ser realizado por un electricista. Ambos ejemplos indican el poder de un condicionamiento inducido socialmente en contra de saber o hacer algo que se encuentra más allá del campo de competencia muy estrictamente definido.Este ensayo, lejos de ser de carácter enciclopédico, se remonta a los fundamentos de las tres principales facetas del pensamiento abstracto humano: ciencia, arte y religión. En los tres han surgido evoluciones y nuevos conocimientos. Este ensayo quiere presentar los aspectos centrales que los unen y enfatizar que son más fuertes que los puntos de bifurcación donde parecen chocar. No olvidemos que Einstein ha pasado la mitad de su vida impugnando la teoría cuántica porque aparentemente chocaba con algunos teoremas de su teoría de la relatividad. Los científicos tardaron casi un siglo en llegar a una Gran Teoría Unificadora que reconciliara a ambos. Tengo la esperanza personal de que este ensayo pueda sentar las bases de una nueva síntesis a partir de la cual pueda afianzarse un nuevo paradigma; un huevo de filósofo contemporáneo.En alquimia, el huevo representa el caos aprehendido por el artifex, la prima materia que contiene al alma-mundo cautiva. Del huevo, simbolizado por el recipiente de cocción redondo, se levantará el águila o el fénix, el alma liberada, que en última instancia es idéntica al Anthropos que fue aprisionado en el abrazo de Physis.
Una frente baja, pequeños ojos marrones que espían todas las partes a la vez, una cara delgada y orejas grandes y anchas: así es como se ve El Bermejo. La travesura está tan en su sangre que le resulta difícil resistirse. Sus trucos han sido jugados antes de que él se dé cuenta. Este libro contiene una serie de anécdotas preciosas, a veces sombrías, sobre un niño que crece en un entorno en el que la pobreza y el trabajo duro han vuelto a la gente dura, de modo que el alma del niño suele sentirse incomprendida.El Bermejo de San Jordi es un obra basada en las travesuras infantiles de un chico del pueblo de San Jordi a principios del siglo XX y las reacciones a menudo duras de los adultos de su entorno.La figura que Borges eligió como tipo para su historia realmente existió, pero los pocos detalles de la vida real del Bermejo se complementaron ampliamente con la imaginación, la observación y las propias experiencias del escritor. Ese también es el caso de los otros personajes que juegan un papel en la historia.Borges de Bixessari estaba un maestro narrador. Una imagen honesta y sincera de una época pasada, y de una juventud bien vivida. El libro está escrito de manera muy liviana y sencilla, trata sobre un niño común en el siglo XX al que le gusta jugar con sus amigos y hacer travesuras y, como muchos niños de su edad, odia la escuela. No es un libro en el que te quedas despierto pensando en el significado o la trama, sino simplemente un libro que puedes leer y disfrutar del divertido estilo de escritura y las aventuras de Del Bermejo.Borges de Bixessari (1902 - 1984) fue el último vástago de una dinastía empobrecida de la nobleza terrateniente catalana cuyo padre se instaló en Andorra. Su padre murió cuando él tenía dos años y su madre lo crio con unos escasos ingresos que le proporcionaban las rentas de las restantes tierras de cultivo que la familia poseía en Andorra y una pequeña pensión de viudedad. Borges, por razones que solo él conoce, eligió convertirse en eremita y llevar una vida de recluso religioso mientras mantenía fuertes lazos con los monjes benedictinos de Montserrat.El cronista guardó sus manuscritos en un cofre de madera, que fue descubierto durante la década de 1990 en un rincón perdido de un desván.Cuando su contenido fue revelado a D. Cebriá Baraut Obiols, monje benedictino e historiador, éste reconoció tras una amplia investigación el valor literario de los manuscritos. La curaduría estuvo a cargo de la Fundación de Arte Catalán, que encargó al dr. Xifra i Riera con la ardua tarea de catalogar y editar el caótico contenido del cofre. Lamentablemente, después la muerte del archivero, los manuscritos comenzaron nuevamente a acumular polvo en un rincón de los archivos de la fundación, hasta que un inventario realizado con el propósito de informatizar los archivos en 2017 sacó a la luz un primer borrador completo de este libro. La editorial BCD adquirió los derechos, y se espera que con los ingresos así generados se puede terminar la labor de catalogación y edición que fue interrumpida por la muerte del Dr. Xifra i Riera.
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