Bag om El pecado y la noche
Excerpt rosas, los purpureos geraneos y los claveles de color de fuego envolvian los cuerpos, que bajo el gayo iris y entre los pliegues blandos, suaves, moldeadores del crespon, aparecian mas garbosos, mas finos, mas llenos de ritmo y elegancia. Y entre aquella orgia de colorines, los rostros asomaban con una inquietante semejanza de combinacion de espejos concavos y convexos. Efectivamente, fuera de unas cuantas mujeres que, sudorosas, despeinadas, el mono torcido y las ropas en desorden, bailaban, denunciando en su falta de gracia, en la torpeza de sus movimientos tardos y pesados y en su antiestetica indumentaria, su calidad de criadas o menegildas, y fuera tambien de unas pocas que, mas modositas y recatadas e inseparables de un mismo varon toda la noche, podian clasificarse entre el comercio modesto, las demas eran iguales. Gordas o flacas, altas o bajas, rubias o morenas, todas se pare
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