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El retrato de míster W.H./Le portrait de monsieur W.H. - Oscar Wilde - Bog

- Edición bilingüe/Édition bilingue

Bag om El retrato de míster W.H./Le portrait de monsieur W.H.

La historia de Wilde se narra a través del amigo de un hombre llamado Erskine, quien se encuentra consternado por la teoría Hughes. Erskine había escuchado de dicha teoría a través de Cyril Graham, quien había intentado persuadir a Erskine sobre ella, pero Erskine se encontraba frustrado por la falta de evidencia histórica sobre la existencia de Willie Hughes. Graham intentó encontrar dicha evidencia, pero fracasó. En vez de ello, falsificó un retrato de Hughes en el que éste es representado con su mano en un libro en el que se observa la dedicatoria de los sonetos. Erskine es convencido a través de esta evidencia, pero después descubre que el retrato resulta ser falso; un descubrimiento que lo lleva a dudar nuevamente sobre la existencia de Willie Hughes. Graham todavía cree en la teoría y, para probarlo, se dispara a sí mismo. Erskine recuenta estos eventos al narrador, quien se impresiona ante la teoría de Willie Hughes y comienza con su propia investigación hasta convencerse, sin duda alguna, de que Willie Hughes fue no solo una persona real, sino que también el sujeto de los sonetos. Él presenta esta evidencia a Erskine pero después se despoja de ella, dejando de creer en su realidad. Sin embargo, Erskine renueva su creencia en dicha teoría y se propone a encontrar el rastro de Willie Hughes; empero, al igual que Graham, no encuentra evidencia útil. El narrador mantiene que no existía algo que encontrar, siendo que Hughes nunca existió. Erskine le envía una carta en la que le menciona que la verdad yace frente a él y, como prueba de su fe en ella, comete suicidio. Posteriormente, su amigo se dirigiría a su hotel en Cannes para encontrar a Erskine muerto. Él asume que Erskine cometió suicidio, como Graham, pero el doctor le menciona que la causa real de la muerte había sido una enfermedad de la que Erskine tenía conocimiento desde hace algunos meses; él había ido a París específicamente para morir. Erskine le deja a su amigo el retrato del Sr. W.H., el cual coloca en su casa. Mucha gente hace comentarios sobre el retrato, pero el narrador jamás menciona su historia y algunas veces se pregunta a sí mismo si, después de todo, éste es verdadero. J'avais dîné avec Erskine dans sa jolie petite maison de Bird Cage Walk et nous étions assis dans sa bibliothèque, buvant notre café et fumant des cigarettes, quand nous en vînmes à causer des faux en littérature. Maintenant je ne me souviens plus ce qui nous amena à un sujet aussi bizarre en un pareil moment, mais je sais que nous eûmes une longue discussion au sujet de Macpherson, Ireland (William Henry, 1777-1835) prétendit avoir trouvé des manuscrits inédits de Shakespeare qu'il publia à partir de 1795. Il finit par avouer son invention. (Note du traducteur.) et de Chatterton et qu'en ce qui concerne ce dernier, j'insistai sur ce point que ses prétendus faux étaient simplement le résultat d'un désir artistique de parfaite ressemblance, que nous n'avons nul droit de marchander à un artiste les conditions dans lesquelles il veut présenter son oeuvre et que tout art étant à un certain degré une sorte de jeu, une tentative de réaliser sa propre personnalité sur quelque plan imaginatif en dehors de la portée des accidents et des limites de la vie réelle; - censurer un artiste pour un pastiche, c'était confondre un problème de morale et un problème d'esthétique.

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  • Sprog:
  • Spansk
  • ISBN:
  • 9781532954399
  • Indbinding:
  • Paperback
  • Sideantal:
  • 110
  • Udgivet:
  • 26. april 2016
  • Størrelse:
  • 152x229x7 mm.
  • Vægt:
  • 172 g.
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  • 3. december 2024
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Beskrivelse af El retrato de míster W.H./Le portrait de monsieur W.H.

La historia de Wilde se narra a través del amigo de un hombre llamado Erskine, quien se encuentra consternado por la teoría Hughes. Erskine había escuchado de dicha teoría a través de Cyril Graham, quien había intentado persuadir a Erskine sobre ella, pero Erskine se encontraba frustrado por la falta de evidencia histórica sobre la existencia de Willie Hughes. Graham intentó encontrar dicha evidencia, pero fracasó. En vez de ello, falsificó un retrato de Hughes en el que éste es representado con su mano en un libro en el que se observa la dedicatoria de los sonetos. Erskine es convencido a través de esta evidencia, pero después descubre que el retrato resulta ser falso; un descubrimiento que lo lleva a dudar nuevamente sobre la existencia de Willie Hughes. Graham todavía cree en la teoría y, para probarlo, se dispara a sí mismo. Erskine recuenta estos eventos al narrador, quien se impresiona ante la teoría de Willie Hughes y comienza con su propia investigación hasta convencerse, sin duda alguna, de que Willie Hughes fue no solo una persona real, sino que también el sujeto de los sonetos. Él presenta esta evidencia a Erskine pero después se despoja de ella, dejando de creer en su realidad. Sin embargo, Erskine renueva su creencia en dicha teoría y se propone a encontrar el rastro de Willie Hughes; empero, al igual que Graham, no encuentra evidencia útil. El narrador mantiene que no existía algo que encontrar, siendo que Hughes nunca existió. Erskine le envía una carta en la que le menciona que la verdad yace frente a él y, como prueba de su fe en ella, comete suicidio. Posteriormente, su amigo se dirigiría a su hotel en Cannes para encontrar a Erskine muerto. Él asume que Erskine cometió suicidio, como Graham, pero el doctor le menciona que la causa real de la muerte había sido una enfermedad de la que Erskine tenía conocimiento desde hace algunos meses; él había ido a París específicamente para morir. Erskine le deja a su amigo el retrato del Sr. W.H., el cual coloca en su casa. Mucha gente hace comentarios sobre el retrato, pero el narrador jamás menciona su historia y algunas veces se pregunta a sí mismo si, después de todo, éste es verdadero. J'avais dîné avec Erskine dans sa jolie petite maison de Bird Cage Walk et nous étions assis dans sa bibliothèque, buvant notre café et fumant des cigarettes, quand nous en vînmes à causer des faux en littérature. Maintenant je ne me souviens plus ce qui nous amena à un sujet aussi bizarre en un pareil moment, mais je sais que nous eûmes une longue discussion au sujet de Macpherson, Ireland (William Henry, 1777-1835) prétendit avoir trouvé des manuscrits inédits de Shakespeare qu'il publia à partir de 1795. Il finit par avouer son invention. (Note du traducteur.) et de Chatterton et qu'en ce qui concerne ce dernier, j'insistai sur ce point que ses prétendus faux étaient simplement le résultat d'un désir artistique de parfaite ressemblance, que nous n'avons nul droit de marchander à un artiste les conditions dans lesquelles il veut présenter son oeuvre et que tout art étant à un certain degré une sorte de jeu, une tentative de réaliser sa propre personnalité sur quelque plan imaginatif en dehors de la portée des accidents et des limites de la vie réelle; - censurer un artiste pour un pastiche, c'était confondre un problème de morale et un problème d'esthétique.

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