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Set against the backdrop of the turbulent Sixties, in this real-life story that reads like a novel, the teenage protagonist struggles with the usual and some particular difficulties: a domineering and judgmental father, an oppressive homelife, a weakling physique that makes him a target of bullying at school, rejection in team sports, anguish over the possibility of World War III and the constant fear of being drafted at eighteen for the Vietnam War. At the same time, we are privy to his innermost thoughts and feelings of inadequacy regarding his budding sexuality, his first sexual experience, and his first love, all of which challenge his deep religious beliefs. With his usual keen eye for details in mood and setting, much like a camera, Hiram Sánchez Martínez records his rite of passage to manhood, overcoming the negative aspects of his early life and walking through the college campus gate into the beginning of the rest of his life. Alberto Medina Carrero
Hiram Sánchez Martínez puso a un lado el mallete de su distinguida carrera judicial, por jubilación, y ha tomado la pluma para contarnos con su ya reconocida maestría narrativa un puñado de historias de esa rica experiencia del oficio de juzgar para hacer justicia. Basado en parte en las notas que tomaba, en su memoria y en documentos oficiales, el autor reconstruye los hechos, supliendo lo que hace falta con ingenio de cuentista, para que se entienda mejor lo ocurrido y, sobre todo, se disfrute más de unos relatos de suyo interesantes, por lo reveladores del lado oscuro de la condición humana. Aparte del interés literario que suscitan estas bien logradas páginas de un compás narrativo intrigante en prosa limpia y elegante, se destaca el inédito asomo a la interioridad de un juez ante el desfile de prueba en casos en que le tocó juzgar y en otros en que fueron los doce vecinos del lugar quienes decidieron. El lector compartirá la sorpresa, indignación y también satisfacción del togado autor, según fue el caso. Como en Antonia, tu nombre es una historia, y sus libros autobiográficos, Sánchez Martínez vuelve a hacer buena literatura de la realidad, con el valor añadido de hacernos partícipes del proceso íntimo del juzgador de los hechos, una aportación al entendimiento y valoración de la administración de la justicia en nuestro país. Alberto Medina Carrero
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