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Con Barry Sullivan como pretexto para hablar de cine vamos a dar un paseo refrescante por cosas guardadas en el baúl del olvido, la caja de Pandora de los que creen conocerlo todo sobre la pantalla grande. Entremos a la cámara oscura y que salgan y se esparzan los demonios del recuerdo, que nadie es dueño de este arte, sino que cada cual lo percibe a su manera, a sus vivencias personales, la primera risa, el primer susto, el primer ardor romántico, a la manera de Barry Sullivan precisamente en este momento. Santiago Rodríguez, cinéfilo congénito, nació en Guantánamo rodeado de Lo que el viento se llevó, Bambi, Duelo al Sol, La mujer que inventó el amor, Con rabia en el cuerpo, Cantando bajo la lluvia y tantas películas y tantos subterfugios como para no dejar descansar jamás a la imaginación donde una sala de cine era el paraíso. Estudió Ingeniería Química en Santiago de Cuba e Ingeniería Agronómica en La Habana sin dejar escabullirse por cuanto cine ofreciera una programación inusitada en cualquier ciudad a donde lo llevaran obligaciones de trabajo.
Con La venganza de la ballena en 3D, Santiago Rodríguez cierra por lo alto la trilogía sobre el cine que tiene como amenazante protagonista a este enorme cetáceo que devora a los lectores por convicción y delicia propios. Directores, actores y películas se mezclan en tres direcciones con el mismo efecto tridimensional que se puso en boga en los años cincuenta. Un desfile interminable de rostros e imágenes que enaltecieron al mágico mundo de Oz-Hollywood. Lo mismo ayer, hoy, que mañana. Como te quise, te quiero. - Jorge Posada, escritor. Santiago Rodríguez nació en Guantánamo y allí creció frecuentando los siete cines que enriquecieron su infancia. Estudió Ingeniería Química en Santiago de Cuba e Ingeniería Agronómica en La Habana. No hubo tampoco ningún cine de ambas ciudades que dejara de conocer. Amó todos los géneros cinematográficos y a sus intérpretes, tanto de primera fila como secundarios. Intoxicado por miles de títulos mira el futuro como una pantalla en blanco. ¿Por cuánto tiempo?
Santiago Rodríguez, un Chago de tantos como él mismo dice, nació en Guantánamo. Estudió ingeniería química en Santiago de Cuba y en 1965 hace su arribo a la capital. Su pasión por el séptimo arte lo lleva a conocer todos los cines de La Habana y su periferia, La Virgen del Camino, La Loma de los Zapotes, Mantilla, Marianao, La Lisa, Boyeros, Regla, Guanabacoa, a donde fuera necesario llegar por ver algo imprescindible, un viejo Hitchcock, una Anna Karina o un Zbigniew Cybulski tan de moda entonces. El regreso de la ballena es su segunda incursión por la pantalla de plata y un escarceo sentimental sobre lo mejor de los años 50 rindiéndole con el título un franco homenaje a la trilogía animalística de horror: Creature from the Black Lagoon (Jack Arnold, 1954), Revenge of the Creature (Jack Arnold, 1955) y The Creature Walks Among Us (John Sherwood, 1956). Para quien haya tenido alguna duda, la ballena es la representación del cine. Y ahora Chago nos la devuelve en forma de gran superproducción develando con sensibilidad, ingenio y picardía lo más sobresaliente del cine americano de los años 50. Un libro necesario e imprescindible para los que comen películas, a su vez un libro lleno de nostalgia y poesía para tenerlo de cabecera, ¿por qué no? Pepe Rodríguez, Ingeniero en sonido y efectos especiales
Simplemente Santiago, o El Chago para algunos, nació en Guantánamo un solo 5 de octubre de 1940, para enterarse en la tercera edad que tal vez pudo ser noviembre, incertidumbre de haberse convertido en un escorpión a punto de perder el balance de toda una vida. El paso por el instituto de su ciudad natal lo llevó a tener como profesor de español a Don Regino Boti y en sus clases donde aprendió de todo menos del uso de las preposiciones y los adverbios supo que las cosas tenían dos caras y ninguna era la de la verdad, que solo la justicia, porque también como juez se desempeñaba el poeta, por puro formulismo aplicaba la ley a su manera, asombrado después de esa clase magistral corría a guarecerse en la pantalla de plata como si fuera un cabaret de cine mexicano donde Ninón Sevilla bailaba con malicia, víctima del pecado; María Antonieta Pons movía la cintura sin freno de un lado para otro lejos de seguir los compases musicales vengándose de los hombres a golpe de cadera y Rosa Carmina, bajo las órdenes de Juan Orol bajaba del cielo como un ángel donde los gánsteres a tiro limpio se iban a disputar su belleza, porque ella, seguro, conocía bastante del averno y así fue creciendo el diminuto Rodríguez acumulando fichas de estrellas, luego directores, después fueron los fotógrafos y hasta los nombres raros de músicos como Miklos Rózsa, Misha Bakaleinikoff o Dimitri Tiomkin. Por su habilidad con los ciencias se hizo ingeniero químico en la Universidad de Santiago de Cuba y de rumbo para La Habana, donde único se podía vivir en nefastos tiempos de revolución, continuar con la ingeniería, ahora agronómica, porque al fin y al cabo lo iban a poner a cortar caña, desyerbar platanales o recoger café y lo mejor era prepararse mentalmente. Hasta el día en que conoció a Antonia Eiríz y todo cambió como por arte de magia porque para sobrevivir, como los pobres, hay que hacerse artista y ella fue paciente en su formación. De cómo paró en Miami y se hizo un escritor cubano-americano es otro cantar, sin cabida para unas memorias, demasiado aburridas que serían por la semejanza a la de cualquier cubano que siempre cuenta lo mismo, la verdad absoluta, algo que solo existe en esa isla volcánica donde hacen erupción los exabruptos. Hoy se divierte con este libro titulado Cine de bolsillo y a leer se ha dicho. Tener en cuenta que no es colmar la satisfacción de Chago sino un regalo de él con mucho amor para ustedes, los lectores.
Presents a basic overview of the genetic approaches used for the identification of candidate genetic factors involved in the metabolic syndrome. This book summarises evidence suggesting that genetic variants within elements of the endocrine system are directly involved in the risk of the metabolic syndrome.
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