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Con un lienzo blanco mate de proporciones extrañas, extravagantes y raras al superlativo del parte; con el horizonte delante. Con mil ideas tempranas como el agua transparentes de un manantial de mañana puesto en frescor de esperanzas. Con presagios y con flores regaladas sin pagarlas, que atraen amores distantes con sus olores vibrantes; - y el si no eres tú, no soy nada, de los amores de antes. Con puntos y a partes que cantan las tonadas más mundanas que la buena vida traiga cuando en licores se abraza esfumada en la distancia; sin cataclismos ni fallas propagadas. Y con un pincel y esmaltes de todos los colores que haya, se puede esperar hasta el alba; pintando la madrugada. Abracadabra acalámbrate... (Extraído de Óleo de una madrugada mágica)
Su relato de cómo escapó de Cuba, aquellas inciertas horas en el Aeropuerto, la ansiedad, el temor, de cómo lograron infiltrarlo en un avión para Francia, pues no tenía para el pasaje, la policía represiva dando vueltas, al menos para los que hemos pasado por situaciones parecidas, nos llega hondo, dejándonos un recuerdo imborrable y nos trae a la mente que el horror no ha terminado. Por esto, "Divino Exilio", es un compendio de una gran poesía que nos deleita en su rítmica fuerza expresiva, donde disfrutamos con sus imágenes, pero también es una radiografía emocional de una tiranía anquilosada. Es poesía en su máxima expresión.
Me he levantado entre cenizas humeadas por la guardarraya, me he puesto en la nariz una pinza para no oler la metralla, me he tomado un café fuerte, jugo de naranjas y agua. Y he encendido un cigarro verde antes de salir a luchar la esperanza, pensando siempre a un mañana sin lágrimas... ¡Cómo cada día que pasa desde que me fui de mi patria! Cómo en cada madrugada mágica y en cada óleo del alba, cómo en cada mediodía a distancia, en que los sueños no acaban... Miré a mis cuentas vacías, a mis collares y a mi lámpara, a mi piel que aún se ve lisa y mis arrugas del alma. A mis dedos largos rectos que en pentagramas les cantan las melodías de mi versos. Me di un pensar por aquellos y otro por los que a casi siempre pienso; y me dije, que sí es por ellos, lo que me han dado se lo devuelvo... y me dispuse a pintar un lienzo con las cosas que veremos. Lo dibujé de anagramas bordando huestes del suelo, y de unas que otras metáforas traídas hasta por los pelos a ser testigos del ejemplo. Porque con mi pincel no hay arreglos, lo que no he visto lo invento y luego me quito el sombrero y queda descrito un soneto; rítmico y además sincero. Extraído de Óleo de un día cualquiera.
Mi fortuna es cosa tuya, mis alabanzas y diatribas, mis ins-tantes de delicias y mis penas consentidas, mis sátiras y mis tragedias y la inmensidad de mis días; solo a ti y a ti misma, debo el poder describirlas. La soledad que me inspira y los barullos y risas acompañados de prisas, de pensares y de fotografías; las cosas malas y buenas y las proposiciones distintas, son obras tuyas que me incitan a vivir la vida misma. - Pues lo que escribo me subyuga a comprender la existencia, otras ideas y otras vistas. Y luego a pintarlas con letras que hagan creer que es la mía; a quienes leen mis líneas, buscando en ellas su dicha... - El mediodía me envicia por su ideal vuelto rimas, cojo mi pincel a líneas y les pinto una historieta de las que juzgan la niebla y otras de las que la atizan; y es que el mediodía me inspira, a vestir de óleo la tinta.
Me he puesto a pintar el Alba con pinceladas bien largas desde la ventana de mi casa, mirando desde mi almohada entrar una luz sin ansias. Mi prado verde esperanzas roseado por dos cascadas que caen sobre piedras altas, el lago bravo añoranzas lleno de peces que danzan con sus escamas erizadas; y la luna que se escapa por un pasadizo estrellada, para meterse en su cama... Después de una madrugada larga haciendo el amor sudada; con cada astro que merodeó por la vía láctea... El cielo azul de mañana con su sol vivo que estalla en amarillo naranja. Y mi jardín de manzanas con sus pepitas plateadas y sus corolas doradas, que ahora pinto sin mirarlas porque en verdad no hacen falta; mi riqueza es quien me ama. Las ilusiones no acaban si las batallas se igualan y las derrotas no alcanzan a las victorias logradas; mi riqueza está en lucharlas... ¡Y es por eso que no pierdo tantas! [Extraído de: Oleo al alba.]
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