Bag om La última limosna
Ya que fué usted tan bondadosa que, accediendo a mi ruego espontáneo y repetido, y venciendo su delicada resistencia a tomar una obra que no había de representarse por ahora más que una noche, aceptó usted para su beneficio mi humilde comedia rústica, continúe usted sus bondades aceptando la dedicatoria, que respetuosamente te ofrezco, de mi última producción, la cual con gracia tan encantadora y tan profundo sentimiento ha interpretado usted. Y, al dedicársela, permítame usted que le dirija algunas breves palabras, a modo de consejo, que debe ser achaque de la edad esto de aconsejar a todo el mundo y también, y sobre todo, vea usted en esta dedicatoria un tributo de admiración por sus singulares condiciones para el arte dramático. El talento de usted es grande; su sensibilidad, exquisita; su instinto artístico, que suple a la experiencia de la vida, admira a cuantos con imparcialidad la siguen en sus trabajos escénicos: su buen gusto y su distinción no tienen límites más que en sí mismos, y su manera de comprender las caracteres revela elevadas facultades. En brevísimos años, que a lo que recuerdo no pasan de cinco o seis, ha llegado usted por derecho propio a donde no se llega sino en doce o catorce de lucha y de trabajo, aun teniendo verdadero mérito. Para muchos, éste sería el fin; para usted debe ser el principio de una carrera brillante y gloriosa.
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