¡Qué el verde sea azul! - William Acevedo Fernández - Bog

¡QUÉ EL VERDE SEA AZUL!Segundo extravío.A esa solitaria edad el paisaje era un trillo de polvo entre hierbas, la bicicleta iba suelta de manosde los acreedores, bajandocobrando los intereses semanales, recuerdo la imagen de un lente de mal genio, fija, sin miedo al paredón o al abismo del santuario.A esa edad se anhela la inconexión, abandonar la única calle que conoces, olvidar las subida a los mismos cansados árboles, el tintado del valle de las mismas estaciones, olvidar las almendras y las piedrasen las sombras.A esa edad quieres llegar tarde a casa, hacer las apuestas al levantar la motocicleta, sin un rascuño bajar sin frenos la cuesta, sueñas que te digan loco de remate... por lanzarte de arriba de la casa.A esa edad la única ambiciónes salir de la aldeay ver el mar, que el verde sea azul, y ver el mar.W.