Noté lo bien que les cayó el relato a los compañeros y a mis familiares cercanos que lo leyeron. Recién entonces me di cuenta de que tenía algunas cosas más que contar sobre la cultura y las tradiciones de mi pueblo y que podía ser de provecho relatarlas y contribuir a refrescarlas, especialmente en la conciencia de la juventud. Porque parte de esa juventud va siendo ganada por una acentuada tendencia al alejamiento de nuestras raíces y nuestras tradiciones culturales, lo que equivale a alejarse de la identidad de su nación y de su patria. Esa es la causa inmediata por la que escribí estos Relatos inocentes, que ahora han terminado en libro impreso.
Rafael Chaljub Mejía
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