Bag om The walking immigrant
Francisco García González se es uno de los mejores narradores de su país -Cuba- amén de exitoso guionista de cine y se ha mudado a un paisaje bien diferente no como un simple traslado laboral sino para partir de cero, empezar una nueva vida. Difícil encontrar una épica más común en nuestros tiempos -y más difícil de representar- que aquella en que el punto de partida es cualquiera de esos lugares comunes que intentan resumir la pérdida absoluta de capital simbólico y real, y que su trama consista en esa reinvención desde la nada: como aquella leyenda caucásica de un segundo nacimiento que es a la larga el real porque te define para el resto de tu vida mucho más que el primero. Que exista este libro es una suerte de milagro. Milagro que, ante la magnitud de la historia a contar -eso que podríamos llamar "la épica del desarraigo"- se renuncie al patetismo tan usual en esos casos para contarlo con la convicción del que lo ha sufrido todo en carne propia y la gracia que solo pueden dar los años, la distancia o un talento descomunal. Y que todo sea contado con una prosa depurada y adictiva como el líquido que sale de entre las piernas de uno de los personajes de este libro. Y Francisco lo consigue derrotando al mito que aludíamos antes, un mito que, como todos los que existen, ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Y lo derrota hasta invertirlo y dejarlo de esta manera: un escritor verdadero se enriquece al ser puesto en contacto con una realidad distinta porque el cambio de paisaje lo obliga a sumergirse en la más temible y oscura de nuestras realidades que es por supuesto, nuestro propio interior. Enrique del Risco
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