Bag om Una vida, un tren
Una vida, un tren es una novela de ficción histórica en tres partes, que comienza en 1842 y concluye en el 2008. Santiago es un niño matancero que espera con impaciencia la llegada del ferrocarril a su ciudad. Durante la construcción de la vía férrea tiembla la tierra tres veces en Matanzas, y los negros esclavos se lo atribuyen a la ira de Changó, la deidad yoruba del rayo y del trueno, que se opone a que el tren se convierta en atributo de su rival Oggún, dueño de todo lo de metal y del transporte, y una gran sesión espiritista así lo confirma, pero Olofi (Dios) convence a Changó para que acepte el tren, pues la energía que lo moverá le pertenece. Inaugurado el ferrocarril, el desarrollo económico de Matanzas se acelera, y en 1860 la ciudad se declara "La Atenas de Cuba", donde Santiago juega un papel importante como dueño de la librería El Pensamiento y traductor de francés. Estalla la guerra en 1868 contra España, y Santiago es apresado y luego deportado a la metrópolis por conspirador, de donde logra viajar a París, su sueño dorado. En la capital francesa consigue trabajo en una escuela como profesor de francés y español, y traba amistad con un colega que le pide que le dé clases particulares a su hijo Georges (Claude), lo cual acepta. Santiago regresa a Cuba, y su pupilo se convierte en una gran ingeniero, que inventa, entre otras muchas cosas, los anuncios lumínicos de neón, que lo hacen millonario. Pero la verdadera obsesión de Claude es aplicar el principio del gradiente térmico marino para obtener energía eléctrica, y decide trasladar la planta piloto que logró hacer funcionar en Bélgica para la bahía de Matanzas, luego de un bojeo previo en su yate Jamaica por toda la isla de Cuba. En 1928 -ya Santiago ha muerto- comienza la construcción de la planta en Uvero Alto, y después de dos intentos fallidos, el 7 de septiembre de 1930 logra instalar la tubería de dos kilómetros de largo en la bahía matancera, y hacer funcionar la planta, pero sorpresivamente abandona el país, a pesar del éxito alcanzado, para ponerse al servicio del gobierno fascista de Benito Mussolini, y después de Adolfo Hitler, con quien colabora intensamente durante la ocupación alemana de Francia. Derrotado Hitler, Claude es condenado a cadena perpetua en 1944, pero cinco años después se le conmuta la pena y muere en 1960, a los noventa años, con la añoranza de volver a Matanzas. Lo que no pudo lograr en vida lo logra en espíritu, y en Matanzas se reencuentra con Santiago, quien le explica el funcionamiento del mundo sobrenatural y lo convence para "apadrinar" a un niño matancero, en plena revolución de Fidel Castro. En esta tercera parte de la novela, el niño Santiago Enrique comparte las aficiones de sus dos tutores por el transporte, y se convierte en ingeniero civil estructural y en profesor universitario, donde una tesis de grado que asesora lo lleva a investigar la historia y el trabajo de Claude en la bahía, hasta convencerse de que el francés desea que se le reivindique, y escribe esta novela con su historia.
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