La masculinidad como aspecto de la identidad ha sido descrita como las características y roles que debe poseer un hombre y que son atribuidas a partir de su sexo biológico.
Dentro de las características que se han considerado masculinas o varoniles se encuentran por ejemplo la valentía, la fuerza emocional y muscular, la independencia, la agresividad, entre otras.
Al crecer, nuestro comportamiento se ha construido con todo lo que nos hemos nutrido de la familia y la sociedad: con qué y cómo jugamos, qué colores y qué tipo de ropa debemos llevar ropa, si debemos o no dejarnos crecer el cabello, qué carreras elegir, qué trabajo optar, y qué emociones expresar en momentos difíciles.
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