Bag om De Carne Y Hueso
Fragmento de De Carne y HuesoEn aquel momento el público aplaudía un ejercicio y todos los acróbatas se agolparon en un extremo del corredor, junto á la pista. Gluck y Adriana se hallaban en la sombra, tras unos bastidores. Ella vestía de negro: sobre el escote del corpiño se insinuaba el seno opulento y de marmóreas dureza y blancura; el cuello era grueso, el rostro expresivo, con una belleza varonil de amazona espartana; los ojos alegres y dominadores. El payaso se acercó á ella y cogiéndola fuertemente por una muñeca, la atrajo hacia sí.-Adriana-repitió, -Adriana... ¡quiéreme!...Lo dijo de golpe, sin preámbulos, con ese laconismo brutal de las pasiones supremas; laconismo que daba severidad y valimiento á su sencillo disfraz de salvaje. Ella sonrió desdeñosa.-¿Otra vez?-¡Cómo no... si eres mi vida, si cuando te alejas de mí parece que me arrancan el alma!... ¡Adriana, dame una esperanza y no consigas con esos desvíos que sea célebre esta noche de tu beneficio!... ¡Adriana, que me pierdes!...
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