Bag om El Nuevo Nacimiento en la Biblia y la Iglesia Primitiva
El capítulo tres del evangelio de Juan narra la conversación entre Jesús y un fariseo de nombre Nicodemo. En ella, Jesús llama su atención con una sentencia memorable: "En verdad, en verdad te digo, que quien no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios o tener parte en él" (Juan 3,2) Nicodemo en ese momento no entendió qué quiso decir Jesús, ya que intentó entender sus palabras literalmente. ¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo?, preguntó, a lo que Jesús respondió "En verdad, en verdad te digo: quien no renaciere por el bautismo del agua, y la gracia del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios" Aquellos que creemos que Jesús es verdaderamente el Mesías, el hijo de Dios, sabemos que sus palabras a Nicodemo no eran de poca importancia, pues estaba estableciendo un requisito para salvarse. En este pequeño libro pretendo mencionar cuáles son las diferentes comprensiones de este episodio, tanto en el catolicismo como en el protestantismo, así como estudiar cómo lo han entendido a lo largo de la historia los cristianos, empezando por la Iglesia primitiva y recorriendo los primeros cuatro siglos cristianos.
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