Bøger af Juan Arias Bermeo

El murciélago contempla en el postrero instante urbano desde el palacio de Guápulo, viene colgado de la luna llena que le ofrece la gradiente andina. Esta claridad nocturna de tierras altas ensalza el adiós a La Medusa Multicolor, la ciudad que no volverá a patear con piernas de homínido ni sentirá de nuevo con su máquina animal voladora. Con la corriente eólica propicia hará el traslado aéreo más extenso de sus días, para posarse sobre el higuerón elegido como su definitivo hogar y santuario dentro de la amazonía, en el segundo anillo acuático de Pelancocha. Por costumbre, y porque así lo requiere su despedida del mundo de la luz artificial, se apresta a sintonizar las ondas de radio-libre Marañón, donde se dará un tiempo de adioses al finado marqués, Salvador Pineda Pinzano, el último de la estirpe de Olivares y Yaguarzongo.

Kantoborgy ingresa con la tarde a cuestas, y envuelto en una nube traslúcida, en los misteriosos parajes que lo conducirán a las ruinas del palacio de Galadriel, para allí darse al ritual de la velación de sus antiguas herramientas de escalar montañas antes de someterse a su último reto himalayístico, nocturnal y en solitario en la cara sur de La Diosa Madre de la Abundancia. Paso a paso irá entrando en comunión con las criaturas al amparo del Cíclope, el volcán Cotopaxi, y de repente se desatará lo portentoso estrenando la doble y única piel.

En esta novela se suceden once episodios en las diferentes montañas que hacen el círculo mágico de Lovochancho, de Kantoborgy y sus canes. La perra Panda juega a las escondidas, entre las dunas de Krizofilax, con el dragón escurridizo. El macho alfa dominante de la jauría, Pincho, azuzado por su hipo de pastorear, comete un salto mítico al pie del Cóndor de Piedra. Fifiriche, una pequeña hembra de cairn terrier, es rescatada de su extravío en la línea que une a Los Pichinchas. Kantoborgy es el supremo escalador que se prepara para su último reto himaláyico, y está a la espera de ir a por la velación de las armas de escalar en las ruinas de Galadriel. Lovochancho se lanza, en soledad radical, a exorcizar sus demonios sobre las cumbres del Sincholagua y el Corazón. Como invitado a renacer con los jardines andinos está Lester González, que retorna a ver a sus amigos de escuela y secundaria para descubrirse en la altitud de Gea.

Teodoro Morris, el Saqueador del mítico oro de Quinara, viene consumando su destino, lo hace a cuatro ojos, los de su cuerpo moribundo puestos en la ventana que da a la primavera renaciendo en un punto de Brecha de Búfalo, en Las Grandes Praderas, y los de su alma bullente contemplando en la incesante molienda subtropical del producto de su tesoro: quinta San Agustín. Ana de Cazaderos, danzante musa, y el cancerbero Pincho, hacen el ritual inherente al instante supremo del Saqueador, siendo para ellos dos también la hora del fin de su estancia en Placidville, la desangelada aldea que cubre los restos mortales de Vermi Hood y de los acaponados seguidores de lo que se denominó "santificación en el progreso". Paralelamente a esa suerte de vida y muerte, sobre la meseta andina, se gesta el viaje a la aurora de Olegario Castro y sus invitados, José Miguel y Gitte, navegando en las ondas largas de radio Marañón, a la sombra del Macizo del Pichincha.

REMOTO emerge de la ambición que tiene Teófilo Samaniego de crear el presente que determinará su futuro. Viajar viene superficial si no sirve como un imperativo para ser buzo de las profundidades del existente, descubriendo dentro de sí lo primordial que evita explorar el hombre masificado. Una erupción interior sepulta al obediente estudiante/inspector, mientras surge el vividor que reivindica aires amazónicos con una palabra: ¡Renuncio!

La edición 2019 de Fragmentos de un Anarquista, versión libro tapa blanda KDP, mantiene los ocho textos del libro publicado con CreateSpace en 2017, y añade un fragmento más. He incorporado a "Adiós CorniSancho", como un tercer relato unido a la noveleta o cuento largo que ya incluía a dos títulos: El sátiro y la princesa, y, La humana doña Fátima, que son dos escenarios de la lucha a muerte entre los consortes CorniSancho y Fátima, situándose la acción en mundos paralelos. Adiós CorniSancho, viene a ser una despedida- homenaje del difunto que no tiene nada de fúnebre, por el contrario, sus cenizas transformadas en fina porcelana constituyen una pequeña obra de arte; las exequias de CorniSancho devienen en celebración física y espiritual gracias a las instalaciones de Paradiso, pompas del adiós lezamiano. Abre el libro Asmodeo en brisa con sus novias FB, que es un relato satírico sobre las ferias de libros y la paradójica liberación que éstas suscitan en el personaje principal. Sigue el Coloquio de la tortuga y la rata, que hace guiños al delicioso diálogo cervantino de los perros. Ecos de Berdog, abriga cierto espíritu stevensioniano inspirado en un relato inconcluso de José María Bermeo. Café Vía Tarot, Crónicas de Islas Encantadas y La Noche del Búho Argento, por inercia tienen vínculos estrechos entre sí y, lo mejor, han sido textos precursores de la reciente creación literaria que arribó con sus propios escenarios, me refiero a la novela Ser mudable.

Palamedes, su unidad fractal, nunca antes se había movido fuera de las dos hectáreas del ático de torre Cachalote, y lo hizo para materializarse en un tiempo recóndito, primordial. Aterrizar lo convierte en Neoterrestre, y el punto planetario donde se halla de pie es lejanía impensable por su nueva dimensión. Viene irrelevante la distancia física que lo separa de la megalópolis homeostática, se ha sumergido en lo ignoto. El Homo aerius, hace un eón se plantó en las alturas de la civilización que se erigió sobre Valle del Silencio, y, generación tras generación, solo ha percibido lo prístino terrenal y sociabilizado con sus congéneres a través de Mente VS. Deslizarse en el vacío para recuperar su integridad tocando suelo vegetal es un salto cuántico para el urbanícola, es renacer en la intemperie a los dos siglos de edad, ocupará su individualidad como jamás lo ha hecho en la normalidad del hogar aéreo.

La reedición 2017 de Fragmentos de un Anarquista, quita a dos textos de la primera edición de 2016 que fungían de mini-ensayos sueltos, y que no se incorporaban al hilo conductor ficcional del todo. Por contrapartida, la presente reedición, recoge a tres nuevas narraciones que sí aumentan la ficción filosófica, que constituye el condumio del libro. Asmodeo en brisa con sus novias FB, es un relato satírico sobre las ferias de libros y la paradójica liberación que éstas suscitan en el personaje principal. Se ha añadido una noveleta o cuento largo partido en dos títulos: El sátiro y la princesa, y, La humana doña Fátima, son dos escenarios de la lucha a muerte entre los consortes CorniSancho y Fátima, situándose la acción en mundos paralelos. Persisten los otros cinco fragmentos, el Coloquio de la tortuga y la rata, que hace guiños al delicioso diálogo cervantino de los perros. Ecos de Berdog, abriga cierto espíritu stevensioniano inspirado en un relato inconcluso de José María Bermeo. Café Vía Tarot, Crónicas de Islas Encantadas y La Noche del Búho Argento, por inercia tienen una relación estrecha entre sí y, que a su vez, han dado pábulo a otras creaciones literarias fuera de esta obra.

Palamedes, su unidad fractal, nunca antes se había movido fuera de las dos hectáreas del ático de torre Cachalote, y lo hizo para materializarse en un tiempo recóndito, primordial. Aterrizar lo convierte en Neoterrestre, y el punto planetario donde se halla de pie es lejanía impensable por su nueva dimensión. Viene irrelevante la distancia física que lo separa de la megalópolis homeostática, se ha sumergido en lo ignoto. El Homo aerius, hace un eón se plantó en las alturas de la civilización que se erigió sobre Valle del Silencio, y, generación tras generación, solo ha percibido lo prístino terrenal y sociabilizado con sus congéneres a través de Mente VS. Deslizarse en el vacío para recuperar su integridad tocando suelo vegetal es un salto cuántico para el urbanícola, es renacer en la intemperie a los dos siglos de edad, ocupará su individualidad como jamás lo ha hecho en la normalidad del hogar aéreo.

El murciélago contempla en su postrero instante urbano desde el balcón principal del palacio de Guápulo. Luz de luna ensalza su partida de La Medusa Multicolor, la ciudad que no volverá a sentir. Con la corriente de aire propicia hará el traslado aéreo más extenso de sus días, para posarse sobre el higuerón elegido como su definitivo hogar y santuario, a orillas de la laguna de pluviselva Pelancocha. Por costumbre, y porque así lo requiere su despedida del mundo de la luz artificial, se apresta a sintonizar las ondas de radio-libre Marañón, donde se dará un tiempo de adioses al finado marqués, Salvador Pineda Pinzano, el último de la estirpe de Olivares y Yaguarzongo.

Teodoro Morris, el Saqueador, único beneficiario del mítico oro de Quinara, viene consumando su destino en Placidville, lo hace a cuatro ojos, los de su cuerpo moribundo puestos en la ventana que da a la primavera de la pradera septentrional Brecha de Búfalo, y los de su alma contemplando en la molienda subtropical del ocio incesante de quinta San Agustín. Ana de Cazaderos, danzante musa, y el cancerbero Pincho, hacen el ritual inherente al instante supremo del Saqueador, siendo para ellos dos también la hora del fin de su estancia en la desangelada aldea que cubre los restos mortales de Vermi Hood y de lo que se denominó "santificación en el progreso." Paralelamente a esa hora de muerte y renacimiento en la llanura estadounidense, se gesta el viaje a la aurora de Olegario Castro y sus invitados, José Miguel y Gitte, todos navegando en las ondas largas de radio Marañón, "la voz de los noctámbulos a la sombra del volcán."

Kantoborgy ingresa con la tarde a cuestas, y envuelto en una nube traslúcida, en los misteriosos parajes que lo conducirán a las ruinas del palacio de Galadriel, para allí darse al ritual de la velación de sus antiguas herramientas de escalar montañas antes de someterse a su último reto himalayístico, nocturnal y en solitario en la cara sur de La Diosa Madre de la Abundancia. Paso a paso irá entrando en comunión con las criaturas al amparo del Cíclope, el volcán Cotopaxi, y de repente se desatará lo portentoso estrenando la doble y única piel.