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La Hija del Agua, que regresa en una edición revisada y corregida, nos trae de vuelta el universo de lo imaginado y la realidad de Idania Bacallao Iturria, que vive su propia exclusión en su pueblito natal. Una exclusión forzada por las circunstancias y aceptada por voluntad propia, como un acto de rebeldía silencioso, como un grito desde el alma que solo escuchan los corazones sensibles. La Hija del Agua, la hija pródiga de la autora, que en sus doce cuentos nos trasmite su intensidad erótica, que nos envuelve y hechiza, nos ofrece sus personajes, la mayoría femeninos, que entregan al lector sus carnes y alma, como un único y final acto donde lo místico y lo sensual conviven sin contradicciones y donde los juicios son el combustible para buscar y continuar caminos. Las libertades, la fantasía, la poesía enredada en la narración, o la narración tejida en la poesía, la sedición, el sexo, las ausencias y los desamores, las ilusiones y los sueños, la persistente realidad, que de la misma manera que nos lleva lejos, nos trae al ahora y aquí, y se nos revela como cruda realidad de esta mujer creadora amante y amada, que a pesar de todo, y sobre todo, insiste en habitar su propia inmensidad, habitar en sí misma y apostando por el amor como la única medicina salvadora de su realidad naufragio, como el único camino hacia la resurrección eterna y emancipadora, sin etiquetas sin bandos ni extremos, solo habitando, solo viviendo.
"Este es un lugar remoto, que ni con la pluma o la lengua más fructífera que pueda tener cualquier narrador lograría dar a conocer los modernos transportes camellos, las escaleras eléctricas, las puertas por contacto... Pues solo se conoce como piscina, el río. Lugar donde se almacena el mayor espanto de clarividencia. Y como puerta ninguna. Y como escaleras la que tienen las gallinas en sus gallineros..". Un lugar remoto que raya en el realismo mágico mas enloquecedor. Un lugar remoto repleto de fantasmas, mujeres amadas y desamadas, muertos queridos, milagros, conjuros, infidelidades, chismes de pueblo, sueños, deseos, sexo, creencias, seres misteriosos... pero sobre todo, soledad. La soledad desgarradora de entrañas de una mujer, contada en lenguaje directo y sencillo, en poesía insolente y transgresora, pero delicada y femenina. Una soledad forjada a golpe de desengaños y desilusiones, pero sobre todo a fuerza de secretismo, enclaustramiento voluntario y resguardo para sobrevivir, para preservar la libertad de ser y hacer sin que la ideología dictatorial del entorno la conduzca a la locura o la muerte. Una soledad que a la larga se ha vuelto su peor enemiga y su incurable dolor, y que la mantiene atrapada sin salida en un lugar remoto: su mundo interior.
Bitácora erótica y sentimental de Josué Barredo donde su palabra es el resultado artístico de amar y vivir intensamente la vida y el amor, y donde se refleja sus enormes ganas de vivir y ser feliz a pesar de la soledad, el abandono, y las malas experiencias amorosas. Josué Barredo, poeta sui géneris, en estos cuentos eróticos se desnuda de temores y vergüenzas falsas, para ofrecer su verso y palabra como un grito de vida.
"Todas las mujeres (fulanas y menganas)" CAAW Ediciones, (2018), es una antología de poesía preparada por la escritora y también poeta Kelly Martínez-Grandal, que incluye a treinta y una escritoras latinoamericanas. En esta selección no se tiene en cuenta la estructura rítmica, ni el lenguaje y su funcionalidad o la prosodia; tampoco se ha hecho énfasis en la sintaxis, ni en la duración de una frase o su pausa. Únicamente se exige libertad, una visión centrada en la mujer y su identidad individual como sujeto poético marcado por género, preferencia, raza... en plena autonomía de expresión. Es evidente que el objetivo mayor de Martínez-Grandal es contribuir con la labor de distinguir la poesía y difundir la creatividad femenina, con voces que creen un impacto en el muestrario multicultural iberoamericano.[...] Las poetas reunidas aquí, no solo recogen la tradición que heredaron, sino que la usan como soporte para la renovación, para crear su nuevo signo y transignificado lírico, articulando también un suceso dinámico sobre del propio texto. Con la poesía se instaura siempre un rumbo distinto, en este caso es dentro de la diversidad. Martínez-Grandal deja que los poemas hablen por sí solos, por ello no impone ni propone, sino que acepta escoge e invita a los lectores a leer en voz alta, para que se escuche todo lo diferente que tienen que decir. (Ena Columbié)Este libro es un proyecto entre CAAW Ediciones y Funcionarte Books de Funcionarte Corp. Todas las recaudaciones de venta de este libro serán destinadas a los talleres de arte Creciéndo Junt@s para víctimas de violencia doméstica del Sur de la Florida, impartidos por Funcionarte Corp. ¡Gracias por ayudarnos a seguir caminando por comunidades libres de violencia!
Fortún construye su casa, o sea, su novela, como mismo esculpió Paul Gauguin, allá en Atuona, en Islas Marquesas, su Mansión del Goce (Maison du Jouir), o para decirlo en cubano, su Casa de la Venida (eyaculación). Desde esa majestuosa casa-novela, el autor está a la mira a través de una ventana-pantalla, percibe las respiraciones de sus vecinos, se divierte con los ronquidos o extraños gruñidos de otra mujer empantanada en su sombra. [...] Es una novela perfectamente concreta en pluma y arte, y alzada en pierre de taille, repujada en el mismo vientre firme y específico de su arquitecto que, además, evoca la narrativa melodiosamente reflexiva de la filmografía del cineasta inglés Peter Greenaway, con sus imprevisibles y excéntricos desnudos y sus festejos suculentos de planos-secuencias interminables, y matemáticos diálogos. Si Guillermo Cabrera Infante es el más británico de los autores cubanos, Denis Fortún es el más norteamericano y continental de los escritores isleños. Fiel a esa genuina feminidad del bosque nocturno de Djuna Barnes, o de la sinfonía inagotable de Paul Bowles, Denis Fortún nos invita a anidar en su tórrida casa-novela. Zoé Valdés
Una onza, 28 gramos. Casi lo mismo que pesa, según dicen, el alma; un poco más. Una onza de amor y luz tejidos, con puntadas mínimas, en estos poemas. Una onza que contiene la fina transparencia de existir una vez que se han librado todas las batallas. Si hubiera que elegir una sola palabra para definir este libro, elegiría paz. No cualquiera, sino la conquistada. Esa que, como apuntaba Pavese, es lo único realmente nuestro tras los clamores del destino. Lucía Ballester prueba aquí que escribir es una forma de supervivencia. Allí, solo lo estrictamente necesario permanece, tanto en la forma de asumir la realidad como en la forma de escribirla. Su poesía es precisa, va al grano, señala lo que importa. Lo hace, además, con ligereza, trapecista grácil que sabe que toda red es ilusión. Sus palabras pesan también una onza y, paradójicamente, tienen todo el peso del mundo. Tal vez porque sabe que el amor, el verdadero, es hermoso, pero también es difícil: se requiere una infinita paciencia para amar, porque amar es un ejercicio de la voluntad. Lo es también escribir. Se ama y se escribe siempre a contracorriente, contra uno mismo, contra la madeja caprichosa de lo que somos. Kelly Martínez-Grandal
Fruto de mi peregrinaje allende la mar es mi poemario. Libre de retoques carcelarios y de conquistas alabanciosas, este se asienta en el paradigma del decoro y en la confluencia de imágenes y hechos que se han esculpido en las nostalgias y el recuerdo. Del sello geográfico se alimenta. (...) Comulgar con tal variedad de experiencias, asumir el mandato de la libertad y la justicia, juega en el multiforme escenario una especie de catarsis que te obliga a abrir al mundo el retrotraído laberinto de unos versos que han nacido para incursionar en las nostalgias y en el pasado.Honorinda CecínMiami, 2017
Escribí esta novela a finales de los años ochenta, para recoger una etapa oscura de la historia de mi país que, paradójicamente, tuvo un imborrable encanto. Mis ideas no son las de entonces. El contacto con otras realidades tiene el poder de transformarnos, si no nos empeñamos en levantar un muro entre nosotros con nuestras ideas fosilizadas, y el mundo tal como es. Estos personajes hablarían hoy de forma diferente. Dos de los amigos que inspiraron estas historias murieron de sida en Estados Unidos. Con uno de ellos me reencontré en 1994. Había mantenido su nobleza, si bien su inteligencia sorprendente, casi renacentista, había desaparecido. Murió en un club gay de Fort Lauderdale, víctima de una sobredosis de drogas. Ernesto González
No conozco a un poeta para quien tener una voz propia no sea una búsqueda y un reto. Aprender a decir y decirse; precisar la palabra, la densidad, el tono con que aprendemos a sobrellevar la realidad requiere pasión y paciencia: un largo camino donde duda y silencio están a la orden del día, donde se madura y se tantea a medida que se avanza. Este libro es el resultado de un largo avance, de tropiezos contra lo que se es, contra la propia historia. Un libro de búsquedas, la voz de alguien que finalmente se encuentra, logra verse, diseccionarse, descomponerse y recomponerse. Hay, aquí, una voz propia, que no negocia fácilmente con lo circunstancial. Hay muñecas, hay putas y hay estatuas, porque todo eso conforma esa voz que logra poner en escena todos los rincones de lo femenino y de lo humano. Este poemario suena como un golpe sobre una mesa de madera, suena como un barco entrando a un puerto; suena al llanto de las viudas, al mohín de las niñas, al quejido de las amantes. Suena. Suspendida entre dos momentos de la poesía, antigua y contemporánea a un mismo tiempo, Nuvia Estévez busca y reta, apasionada y paciente. Conoce su densidad, su palabra su tono. Nos los escupe en la cara. Kelly Martínez-Grandal
22 años después de salirse de Cuba en una lancha, Pepe el Salao escucha en las noticias televisivas un hecho que esperó por años: Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy, 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el Comandante en Jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz. La nueva lo transporta, inevitablemente, a su pasado en Cuba, especialmente a aquellos acontecimientos que lo obligaron a tomar la decisión de decir adiós definitivo a su patria para buscar tierras de libertad. Corría el año 1994 y marchaba un día normal, como otro cualquiera, en la vida de Pepe el Salao, quien era un hombre común que creía que su mala suerte era consecuencia de un padecimiento crónico o una especie de castigo divino que le habían dado al nacer. Realmente, Pepe no podía explicarse por qué todo lo malo siempre le ocurría a él: su padre se suicida lanzándose al vacío desde el quinto piso del hospital general de la ciudad, su esposa lo abandona por un chulo y decide ser jinetera buscando mejor vida, y el día que Pepe decide romper un celibato de casi dos años -donde solo estuvo acompañado por el alcohol y su forzada soledad- acostándose con una turista mexicana que conoce casualmente, la policía política de la isla comienza a acosarlo y es hasta despedido de su trabajo. Todos estos hechos, sumados a las carencias materiales de un duro Periodo Especial y la polémica situación político-social de la isla, arrinconan a Pepe en la desesperación obligándolo a elegir entre el orgullo y sus principios dentro de Cuba, o la libertad fuera de la isla. Epitafio para un sueño es una novela histórica inquietante que a través de la vida de Pepe el Salao narra una época y circunstancias que marcaron fuertemente la historia cubana. Con lenguaje coloquial y fuerte carácter testimonial, entre la realidad y la ficción se mueven los personajes de esta novela mientras van mostrando la situación real de un país que por momentos asemeja una gran prisión para sus habitantes, y fundamentalmente, para Pepe y sus amigos. Una trama repleta de amor, traición, odio, corrupción, misterio y, sobre todo, la lucha constante para sobrevivir dentro de un país que se desmorona. Epitafio para un sueño es, también, una cruda denuncia social y política de un régimen que desde enero de 1959 hace y deshace a su antojo en Cuba, un país donde nadie importa más que esa fauna de dirigentes comunistas que oprimen al pueblo y que trabajan para un régimen que, aunque ha pasado su fecha de caducidad, aún se mantiene en el poder. Carlos Alberto Dueñas Aguado regresa con esta, su segunda novela, con una pluma fuerte y crítica, aguda y sin tapujos, que muestra la destreza de un novel autor que puede transitar desde la novela erótica hasta la novela histórica con el talento del buen escritor.
..". Esta es una de las obras relacionadas con Cuba más crudas y directas que he leído. (...) Los personajes que se mueven en los cuatro cuentos -uno se resiente de que sean tan pocos- que componen este a veces desgarrador libro, no son ni peores ni mejores que cualquier ser humano, sin importar de dónde sea. El problema, para ellos, es que el medio en el que se desenvuelven, un medio donde de haberse cumplido lo que prometieron hace casi sesenta años sería poco menos que el Paraíso, en realidad se parece mucho, y cuidado, al Infierno. (...) Este libro, Mujeres mojadas, es como esas enfermedades de curso breve -se lee rápido- que dejan secuelas. Algo cambia dentro de nosotros después de recorrer sus páginas, y cambia para siempre porque nos damos cuenta de que la vida de muchos cubanos tiene facetas y recovecos muy oscuros que, paradójicamente, no van a cambiar. Para el que no haya leído antes la literatura de Luis Pérez de Castro, este es un buen comienzo. Pero no se confíe. El libro duele." (Félix J. Fojo/ Prólogo de "Mujeres mojadas")
Los cuentos de este libro son trazos, dibujos que no terminaron de completarse, pedazos de un cuerpo, orden invertido. Los códigos formales de la narrativa se desdibujan también y se escapan al terreno de lo poético. Con ello, Idania Bacallao abre una ventana hacia la completitud de lo humano, hacia su vulnerabilidad y fortaleza. Nos acerca esa rareza de existir y la convierte en cuerpo palpable. Y es, también, un libro donde la comprensión de lo femenino pasa por todos sus bemoles: la candidez y lo terrible, la doncella y la bruja, pasando por la madre, la sabia y la puta. Hay una polifonía de voces que nos recuerdan que la feminidad no puede ser pensada ni construida desde un solo espacio. No lo puede ser ningún género, en realidad, pero aquí lo masculino es un lugar de enunciación fragmentado y secundario. Incluso en los pocos cuentos protagonizados por hombres, esa masculinidad está atravesada por el ojo y la presencia femenina. Loca por ti, Ana de mis amores es un reino de mujeres: sus temores, su sexualidad (en este caso generalmente lésbica), sus tristezas, sus alegrías más íntimas, aparecen en estas páginas. Los personajes no se introducen, se presentan ante nosotros como si los conociéramos desde siempre y, aunque sus cuerpos se desnuden, la carne psíquica que los componen se viste, se va llenando de capas. Personajes complejos, salidos de órbita, enloquecidos y enloquecedores. Mujeres fatales, mujeres niñas, mujeres bestias, mujeres flores, mujeres luna, ventanas, asesinas, curanderas, magas, terrestres, acuáticas, místicas, esponjas, abejas, caramelo. Kelly Martínez
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