Bag om La rebelión del charna
Barcelona, finales de 2013. Con treinta y seis años, Nicolás Boullosa no se siente en el albor de ninguna crisis de la mediana edad. Tampoco hay rastro de despecho existencial. Justo ahora, cuando cree haber encontrado en la voluntad racional individual el camino para autorrealizarse, la esfera colectiva contraataca, exigiendo al ciudadano con escrúpulos que se posicione en algún extremo y apoye, así, alguna cruzada. Ha pasado un lustro desde el inicio de la crisis; el malestar y los extremismos colectivos enarbolan las viejas banderas idealistas. Construcciones etéreas y con esencia platónica como la Provicencia o el Pueblo desempolvan viejas consignas y todo el mundo parece ser independentista de algo, antimonárquico, revolucionario de algo otro, refundador de lo de más allá. La cotidianidad de Nicolás Boullosa revive la gran batalla de todos los tiempos: aristotélicos contra platónicos; razón contra misticismo; paciencia, perseverancia, propósito personal, autosuficiencia y libre albedrío contra misiones colectivas de "sacrificio", "solidaridad" y "misericordia" a favor de la "causa", el "proceso" o la "misión", expresiones que -cree- propulsan el populismo y le causan arcadas. Desde su oficina doméstica, Nicolás Boullosa busca una temática para su segunda novela, después de que la primera, autopublicada en la tienda de Amazon, pasara desapercibida. Mientras afronta el síndrome de la página en blanco con el sudor frío del escritor principiante, alguien pica a la puerta. El extraño visitante se declara "lector" de su primer libro. Percibe entonces que el extraño tiene la potestad de cambiar su existencia, poniendo en riesgo la tranquilidad que nadie le ha regalado... Hasta que el riesgo se convierte en enseñanza. Oportunidad. La rebelión del charna reivindica la normalidad como la posición más revolucionaria en momentos de incertidumbre y centrifugación. Como en la ciencia, las leyes de la vida más sencillas son las más bellas y difíciles.
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