Bag om Florilegio
Durante muchos años, A. Gálvez ha escrito muchos poemas de una belleza poética que enlaza con los clásicos de la poesía mística española del Siglo de Oro. Muchos de ellos han sido insertados en sus distintas obras, pero nunca habían sido recogidos en conjunto. En el año 2009, la mayoría de sus poemas fueron reunidos en una obra Los Cantos Perdidos, pero esta publicación no fue del gusto del autor. En el año 2013, aparece esta obra Florilegio en el que se hace referencia a los poemas que aparecen en Los Cantos Perdidos, con la modesta intención de comentar algunas de aquellas estrofas desde el punto de vista del Amor divino-humano, la Alegría, la Esperanza y la nostalgia por la persona amada. En el 2016, la mayor parte de su obra poética, revisada y ampliada, será publicada en la obra Cantos del Final del Camino.
La Poesía es el arte que expresa la Belleza a través de las palabras, bien sea a través del verso, bien a través de la prosa. Esta es la tesis fundamental del autor, en la "Introducción" de su obra Florilegio. A su vez, la Belleza es uno de los trascendentales del Ser. Y puesto que el Ser se identifica con Dios, la suma poesía es la que intenta expresar la Belleza de Dios. Al decirlo así, A. Gálvez establece con claridad la distinción entre la Poesía que expresa la Belleza del Dios Amor, la Poesía Mística, de aquellos que usan de las palabras versificadas para fomentar la devoción y la piedad del pueblo cristiano y que, erróneamente, se ha convenido en llamar poesía religiosa. De igual modo, todo otro modo de usar versos para expresar un fin distinto de la Belleza, ya sea la creada como la del Creador, no debería llamarse poesía, como sucede en aquellos que usan de ella para fines políticos o sociales. En definitiva, "lo que a menudo se presenta como Poesía, pero cuyo contenido es nulo puesto que nada dice, o bien porque carece de belleza, en realidad no guarda mucha relación con lo que podría ser considerado como producto de las Musas de la Poesía".
¿¿Siguiendo pues el modo de hacer poesía de San Juan de la Cruz, y haciendo uso de la lira, principalmente, pero también del cuarteto, serventesio y del terceto encadenado, el autor pasa a continuación al comentario de algunas de sus poesías místicas, poniéndolas en relación tanto con el Cantar de los Cantares, como con la tradición poética del Siglo de Oro y del autor místico por antonomasia, hacen de este libro una agradable exposición tanto de la belleza poética como de la Belleza y del Amor que es Dios.
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